La aplicación de los protocolos de bioseguridad es un problema que nos preocupa desde la mirada de la conservación del patrimonio. Los protocolos generales, la ausencia de protocolos sectoriales favorecen la ejecución de procedimientos que pueden estar en contra de la conservación del patrimonio cultural en sus distintos tipos. La condición de aislamiento en sí mismo se convierte en un factor de riesgo, la limpieza inadecuada y el uso de productos químicos incompatibles con la conservación podría convertirse en un riesgo para nuestro legado, por ello y ante una posible apertura al público o inicio de actividades en edificios patrimoniales, como museos, iglesias, parece oportuno alertar sobre posibles situaciones en relación a la conservación del patrimonio y la aplicación de las medidas de bioseguridad.